Portafolio
de evidencias
Datos
personales
Nombre/s de pila
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Ruperto
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Apellidos
Grupo:
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Carrillo Guerrero
029
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Institución donde
labora
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Centro de bachillerato Tecnológico Agropecuario
No. 33
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Entidad federativa
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Michoacán
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Correo electrónico
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rucagro_rcg@yahoo.com.mx
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Contenido:
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1. Mi confrontación con la
docencia
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“Mi
confrontación con la docencia”
Introducción
La presente reflexión va encaminada a realizar una
retrospección de nuestro trabajo, en el marco de la especialidad en
competencias docentes. Este análisis nos apoya en el sentido de revisar el por
qué estamos aquí, lo que hemos realizado bien, aquello que debemos corregir o
simplemente en qué áreas de nuestro
trabajo debemos poner atención para corregir y en su defecto mejorar.
Desarrollo
Soy originario de un pueblito del estado de Nayarit, llamado
Mazatán, municipio de Compostela.
Estudié la carrera de Ing. Agrónomo en el Instituto Tecnológico
Agropecuario No. 7 de la ciudad de Morelia, Michoacán, en el año de 1986.
Meses antes de terminar mis estudios, mis compañeros y yo
nos preguntábamos: ¿Qué haremos al término del ciclo? ¿Encontraremos trabajo?
¿Nos serán útiles los conocimientos que llevamos?
Terminamos con la incertidumbre de todo joven y la
preocupación de donde y en qué trabajaríamos.
Afortunadamente, hubo
personas que estuvieron ahí, en el momento de tantas dudas y preocupaciones. Fueron
dos maestro grandes, lo más cercano a una familia, ya que la mía estaba a
cientos de kilómetros de distancia, de los cuales obtuve confianza y apoyo.
Gracias a ellos inicié a trabajar como docente en el mes de
septiembre de 1986, en el CBTA no. 181 ubicado en Tungareo, municipio de
Maravatío, Michoacán.
Como lo plantea (Esteve, 2003) tenía dos disyuntivas aburrirme o disfrutar mi tarea docente, le agregaría una tercera opción vivir con
pánico escénico.
Aunque me sentía preparado como ing. Agrónomo, nunca pensé
en la posibilidad de impartir una asignatura diferente a mi perfil profesional.
La primera materia que me asignaron fue “Historia de México”. Muchas preguntas
se vinieron a mi mente: ¿Si estaba explicando el tema y se olvidaba? ¿Qué
postura tomaría si se reían? Y la disciplina ¿Cómo la controlaría? ¿Cómo
dominar un tema que no era de mi área?
Elaboré el programa; soy afortunado, porque donde quiera que
voy encuentro amigos que me tienden la mano, me apoyaron con bibliografía, fui
a Morelia y compré libros, preparé de manera rustica algunas láminas y entré al
salón.
Como lo menciona Esteve (2003), mi primer trabajo fue
construir mi propia identidad profesional, este es uno de los secretos para el
inicio de la docencia: Crear una imagen personal, ser uno mismo, original,
firme pero humano.
Meses después, platicando con mis alumnos de manera
informal, me expresaban que ellos creían que ya tenía años trabajado de maestro,
lo cual me llenó de alegría.
Posteriormente me fui a trabajar a una extensión del CBTA
No. 69 de Chupio, Tacámbaro, en el mismo estado. Impartí diferentes asignaturas
sin más herramientas que gis, borrador pizarrón y libros, ya que lo único que
nos entregaron fue tres salones y la
oficina.
Gimeno Sacristán (1999) menciona que la práctica docente es un
proceso cooperativo donde se aprende a enseñar, enseña porque se aprende, el
docente facilita no impone y desarrolla su propia comprensión. Yo aprendí más
de lo que enseñé al inicio de esta aventura. E tenido a los alumnos más
humildes pero en aquella región, si uno se gana el respeto, lo hacen parte de
su familia. Duré año y medio allí, me fue difícil dejar ese lugar.
Por razones personales, en el año de 1988, llegué a trabajar
a este plantel: CBTA No. 33, ubicado en san José de Gracia, Michoacán. Una escuela
pequeña pero completa, aulas, talleres, laboratorios, sectores productivos,
equipo didáctico, instalaciones deportivas, etc.
Personal con un amplio sentido de responsabilidad, al menos
tenemos uno o dos cursos por semestre de actualización docente y/o profesional.
Esta frecuente actualización y la práctica docente me han llevado a adquirir
ciertas competencias, que me permiten interactuar de manera armoniosa con mis
alumnos. Esta profesión es muy significativa para mí, tengo veintiséis años
trabajando, apoyando a jóvenes con diversidad de ideas, intereses,
aspiraciones, economías, etc. Aunque he impartido tres asignaturas por varios
años consecutivos, es interesante lo que encuentro y retro alimentador, el
interés es diferente, las dudas no son igual, las diferentes formas de aprender
nos obligan a cambiar de estrategia cada semestre.
Reflexionado en las experiencias de mis compañeros de este
grupo virtual, me doy cuenta que compartimos una historia en común, la etapa
inicial de carencias e incertidumbres, tal vez carencias de herramientas,
infraestructura y competencias docentes; aun así, adquirimos el ingenio para que el
conocimiento sea significativo. Esta especialización nos proporciona la
oportunidad de adquirir las competencias docentes indispensables para
desempeñarnos dentro de la RIEMS; una de las competencias esenciales: “Organiza
su formación continua a lo largo de su trayectoria profesional”,
específicamente en el dominio de las TIC’s, que de forma colaborativa estamos
socializando, comprendiendo y aplicando, lo que permite apropiarse de las
herramientas necesarias en la revolución de la tecnología educativa.
La mayor satisfacción es cuando después de varios años los
alumnos regresan y cuentan que están en la Universidad o son profesionistas
brillantes y agradecen tu labor como
docente.
Admito que en ocasiones llegan alumnos sin motivación para prepararse, falta de
recursos o sin necesidad de estudiar, esto me lo trasmiten y yo también me
siento desmotivado con ese estado de ánimo. Me inquieta cuando por alguna
circunstancia me cambian de asignatura e iniciar una constante reconversión del
conocimiento.
Gratamente he leído una y otra vez la ponencia de Esteve: “La
aventura de ser maestro”, aunque en lugar distante y contexto diferente,
retrata nuestros primeros pasos por este interesante y demandante camino de la
educación; el gran reto que tenemos de ser maestros de humanidad, observar
valores, tratar en forma digna al estudiante, mostrar interés por ellos, sus
acciones logros y metas.
Cierre
Este es el trabajo con mayor responsabilidad que conozco, no
solo tenemos que estar de seis a ocho horas frente a grupos, en las tardes y
fines de semana hay que calificar, evaluar, leer, preparar clase y atender un
departamento u oficina. Esta es mi función y no la cambio por nada.
Así como el carpintero o el albañil, adquieren sus
herramientas de trabajo, nosotros los docentes deberíamos adquirirlas, no
esperar a que la escuela o la dirección general nos proporcionen esos
instrumentos como computadora, DVD, proyector, bocinas, libros, etc.
Ésta, es para mí, una oportunidad de adquirir y en su caso
sistematizar las herramientas necesarias para realizar en mi trabajo una mejora
sustancial, hacer de la docencia una verdadera aventura donde disfruten mis
alumnos y yo me sienta contento de compartir lo que la experiencia me ha
enseñado, pero sobre todo feliz de aprender día a día cosas distintas de la
juventud.
Trabajos citados
Esteve. (2003). "La aventura de ser
maestro".
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